EMBOSCADA

Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio
interés, sin cuidarse del de los demás.
Esa gente es triste y da pena. Mucha pena de que las experiencias que les ha dado la vida le resulten inútiles, las arrugas sean de autoamarguras cradas y que los años caminados solo hayan servido para mirarse la punta de los zapatos.
Pero también hay una responsabilidad compartida, ando por ahí con mi actitud de buena onda, diciendo lo que pienso sin filtro, creyendo que las cercanías dan empatía y los genes comunes solidaridad, pero no... errada mi confianza y mi actitud, sobre todo frente a las emboscadas, dónde la ambición siempre ciega la razón y trasforma a los corderos en lobos. Las escenas del padrino, las prefiero en el cine o en el libro, no en la vida real ni con la sangre verdadera.
Ya escupí lo que dejaba atascada la tinta. Vuelvo a sonreír. La rueda gira y gira, da la vuelta y avanza en el camino, lo que en un momento entorpeció el andar, queda a tras en un sendero en el que no volverá a rodar.
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