31.12.05

De ayer, hoy y mañana.

Podemos reconstruir el pasado, dejando lo bueno y asumiendo lo malo.
Construir segundo a segundo nuestro presente con miradas, gestos, palabras y acciones.
El futuro, es solo una palabra llena de incertidumbre.

28.12.05

PASO EL VIEJO (pero por otra casa)


Otra navidad que se escapó en medio de gente desquiciada que gastó el dinero de la próxima vida con tal de agradar, cumplir o sentirse bien consigo mismo. Claro que si yo hubiese regalado algo en navidad entraría en el mismo lote de rematados consumistas, la diferencia está en que bajo mi hedonismo asumido, hubiese disfrutado la coronación de la maratón de obsequios y las caras de sorpresa tras los papeles rotos.
Abrí mis regalitos y soy feliz con ellos. Pero el viejo pascuero nuevamente se hizo el loco. Hice una breve encuesta entre mis cercanos y cercanas y nada... tampoco les trajo lo solicitado. En fin el fraude esta comprobado. Pero en vez de gastar ánimos en abogados inescrupulosos, propongo borrar al viejo y crear una suerte de Super héroe pascuero, que vista de acorde a la época, nada de capas....creo que andaría bien de chalas, bermuda y una camisa hawaiana. Nada de barbas ni pelos en la lengua. Un tipo calvo, o chascon de verdad, con tatuajes y hasta podría soportar que le falte un diente. Total es super héroe pascuero y su misión es cumplir con todos los regalos solicitados, así que da los mismo si no tiene una sonrisa PEP. Deberá tener unos oídos biónicos para escuchar lo que le pidamos desde dónde esté y cumplirá con los pedidos al instante.
No habrá que portarse bien durante el año, al contrario, los meritos se medirán por la capacidad que cada uno tenga de celebrar lo bueno y lo malo, y la habilidad de enfrentar la estupideces de la realidad con un chiste. No es mala idea, ante los fraudes de todo tipo, bienvenida creación.

15.12.05

VIEJO RETUTATUTA


Supongamos que comencé a escribir, o a trazar letras con alguna intención más o menos coherente a principio de los años 80. Desde esa ridícula y nostálgica época recuerdo que comencé a escribirle cartas al pascuero, con la ilusión de que un personaje que no tenía, ni tendría el gusto de conocer, atravesara el planeta para llegar al fin del mundo para traerle una muñeca a una cabra chica mañosa y regalona, o sea yo.

A pesar de que ya no lo escribo cartas, me gusta creer en él, en las ilusiones y en los sueños que promete hacer realidad. Por eso inevitablemente, año tras año, vez que lo veo, le pido mi regalo de navidad, y nada, nunca lo envía, nunca llega, no se acuerda, no le quedan. Si hay alguien en este mundo que sepa hacerse el gil, ese es el viejo pascuero.

Todos lo años la misma historia, deposito mis ilusiones en su espíritu navideño, cierro los ojos, me concentro y pido lo mismo diciembre tras diciembre. Veo al pascuero en la calle, en los malls, en el metro, en la tele, en el diario, en el super. Gracias a Dios aún no soy lo suficientemente paranoica y esquizoide como para pensar que me esta acosando o que tal vez es una reproducción holográfica de mi mente desbordada imaginación.

Rojo eternamente, barbón, anciano sin ser senil, habita su sauna particular. Ríe con una sola vocal, más que por costumbre, por avaricia o falta de creatividad. Siempre amparándose en otros, claro más débiles de carácter que él, renos y duendes, inútiles para mi gusto, le siguen el amen.

Por eso me cansé y me aburrí de esperar, si la reforma procesal fuera tan efectiva uno podría demandar a delincuentes como este que destruyen ilusiones y roban sueños y se siguen carcajeando en nuestra cara. JOJOJO. Se de quienes con gusto harían una demanda colectiva y pedirían las penas del infierno para que ardieran renos, duendes y todos los santas, viejos pascueros y nórdicos noeles. Viejo retutatuta, te queda una sola y exigua oportunidad de cumplir. El tiempo te juega en contra. Cumple esta vez si quieres volver a reír.

13.12.05

NAUFRAGO FINAL

Desde la orilla de la playa, bajo la luz del sol y de la luna, se ve al naufrago aferrado a la puerta de madera. Está a centímetros de la orilla, solo debe bajar sus pies, hundirlos hasta que sus dedos toquen la arena y los tobillos se humedezcan hasta el horizonte del las olas. Esta a salvo y no lo sabe.

Yo estoy en la orilla pero no alcanzo a tocarlo, hay algo de distancia. Le he gritado una y otra vez, que ya todo paso... que no hay nada que temer.... pero no oye más que el sonido de las olas. Solo que ahora me dan ganas de gritarle

¡Si quieres ahogarte, ahógate, yo me voy a la fiesta!

y aquí estoy a punto de ir a la celebración. Que me más voy a hacer si solo soy un cangrejo.

NAUFRAGO III


Al día siguiente todos se enteraron del naufragio, muchos lloraron creyendo que no había nada por hacer y estaba todo perdido. Otros dijeron que su tragedia era parte de las probabilidades y azares, que más de alguien ya había naufragado por esas aguas con mejor o peor suerte.

Las abuelas del pueblo dicen que fue una corriente profunda que dañó su timón y le hizo extraviar el rumbo, pero que Dios sabe por que hace las cosas, y lo mejor en estos casos es entregarse a su voluntad.

Los pescadores de la caleta cuentan que las sirenas entonaron su canto para encantarlo y robarle, a una mujer, un hombre digno de los reinos de neptuno.

Hay quienes culpan a la luna y su revolucionaria costumbre de levantar mareas, unos cuantos culpan al destino, a la fortuna y al camino que ya estaba trazado.

Cuando se enteraron de que estaba vivo, que el capitán se había transformado en un naufrago, que le había ganado al mar, a la noche y la muerte, no dudaron en que pronto tocaría tierra y prepararon una fiesta para celebrar su retorno con flores, frutas silvestres, música y baile.

Pero esta historia, a diferencia de otras, no ha escrito su final.

12.12.05

NAUFRAGO II

Caminaba por la cubierta e intentaba mirar el horizonte en la profundidad de la noche. Nada. Todo era igual que la noche anterior y que la noche anterior a esa, pero sus latidos eran a destiempo, sus pasos ya no eran seguros y el viejo tic nervioso se apoderaba de la comisura de sus labios, apretándolos para no dejar escapar ni gemidos, ni preguntas, ni palabras. En sus venas corría escarcha, dolía la sangre, dolían los huesos y al alma le quedaba estrecha el cuerpo.

De un momento a otro y tras un violento remezón, el barco giró en 180° grados y un estruendo partió la noche, la nave y su corazón. De capitán pasó a naufrago mientras su humanidad se sumergía con la tentación de perderse en las profundidades incitado por las algas que se enlazaron en su cuello. Algunas astillas del naufragio fueron a incrustarse en sus pies, el mástil golpeo su espalda mientras respiraba agua, y la sal agobiaba sus sentidos. Su boca salina escupía la misma inmensidad que se lo tragaba. Sus ojos se escocían en parpadeos desesperados y no distinguía nada más que oscuridad.
En su luchaba por separar el cielo del mar, venciendo a la muerte, estiró sus adormecidos brazos hasta arrimarse a la puerta de la escotilla que se había desprendido.

11.12.05

NAUFRAGO I parte


Les voy a contar la historia de un naufrago. Pero que conste que escribo esta historia cuando más de una naufragio ha pasado por mi. Y ya ven aquí estoy sonriendo, en la orilla y al sol.

A éste lo agarro una tormenta nocturna, venia en su barquito de madera, no sé con que rumbo, pero ya había decidido cual era su puerto de encallado. Había definido ruta, tiempo y había calculado las corrientes por venir y por mecer. Escribió cartas a sus familiares y amigos anunciándoles sobre su travesía y les pedía que no se preocuparan pues llegaría confiado y seguro como todos esperaban y deseaban.
Algo ocurrió una noche... , al respecto solo hay conjeturas y teorías que se cuentan en el pueblo, pero que por alguna razón ninguna me resulta cierta y confiable. Les cuento para que cada quien saque sus propias conclusiones sobre lo acontecido.

Esa noche, aquella noche, se despertó inquieto. La brisa era tibia y el cielo estrellado. Pero su corazón le susurraba en un murmullo difuso y cifrado, que debía estar alerta, que las certezas son ilusiones, que la vida se construye en segundos, que el destino se escribe y se borra mil veces.

Reivindicación con la palabra


Si ya se que durante meses me ausenté de la virtualidad y me retiré al terreno de lo privado, pero retomo, ahora si con todo. Hay mucho por decir y contar, y es que el mundo gira un poco más rápido cada día y siempre falta tiempo, pero ahora voy a contrareloj para dar y darme el tiempo que requiero para cada persona y cada cosa.

Mi reivindicación con la palabra viene con cuento, pero sin pretensiones, solo cómo hablar en la ausencia de los ausentes, como cuando nos tiramos en pasto de alguna plaza a reconquistar la ciudad y hablamos de lo mundano y lo profano, sin dejar de reírnos. Ciertamente no olvidamos las lágrimas, pero ya hemos aprendido a secarlas rápido y cada vez saben más dulces.