PARA TI

Una esperanza abrigaba el sábado por la noche, justo en un momento que necesitaba un regalo balsámico para el alma, Aznar tocaba otra vez en Santiago y por razones varias, no teníamos entradas. Esperamos algunos minutos por si el personal de producción se apiadaba y nos dejaba voluntariamente la puerta abierta para que pudriéramos ingresar. No hubo caso, la vieja de la puerta usaba su escaso y miserable grado de poder para negarnos el ingreso (si dejó pasar a otros). Ni el frío congelante, ni mi cara de gato con botas, ablandaban el corazón del personal de producción.
De pronto apareció un angelito, con impronta de salvador de causas justas, y como un personaje de cine mudo se acercó a los encargados y comenzó a gesticular indicando hacia donde estábamos. Al parecer la conversación no fructificaba favorablemente y se acercó la vieja de la puerta mientras el repetía los gestos, y argumentaba cosas indescifrables.
Pensé que él era alguien de equipo de producción, se giro hacia mi y me señaló con la mano para que lo esperara un poco. En medio de la confusión asentí con la cabeza y no me despegué del vidrio hasta que él caminó hacia la puerta, nos acercamos y nos hizo pasar, mientras los porteros se bancaban la jugada del que resultó ser un espectador desconocido. En breves segundos nos contó que había ido con un amigo al concierto y que había surgido un problema y tenían que irse. Y así sin más ni más, sin conocernos, nos cedió sus asientos en platea y pudimos ver casi la totalidad de uno de las mejores presentaciones de Aznar en Chile.
Para ti desconocido fans, toda mi gratitud dónde quieras que estés.
Ahhh... y no era gay..... jajaa
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