16.9.06

PUTA SOLIDARIDAD, (Historia de otros aliens)

Alguna vez estuve en roma en similares condiciones, (a las descritas en el post anterior) con fluidos extraños en mis pulmonesgargantanariz, y sudor frío. Me quedé todo un día en una infernal habitación que tenía la calefacción a full mientras en plena Plaza San Pedro, hacían 25 grados. Mi estado era tal que estuve todo un día sin fuerzas para levantarme y mi compañeros de habitación fueron tan indolentes como el doc de la posta.
Una de ellas estaba enojada y no me hablaba por que no le avalaba su tour de cleptómana en gira, y el otro que prefería hacerle favores gratis a extraños, buscando repuestos de motos, en vez de darme un vaso de agua con aspirina.

Al día siguiente de mi agonía tres estrellas, tenía que hacer el chek out a las 11, me vestí y como pude llegué al hall del hotel donde me eché en un sofá.

Me dolía la cabeza, tenía fiebre y estaba congestionada. Mi cara reflejaba mi estado pero era lo que menos me importaba, solo quería dormirme para no sentir los achaques, mientras pasaban frente mi, turistas de regiones remotas que me miraban con curiosidad. Al personal del hotel les inspiraba la cantidad de pena suficiente como para verme y hacer un puchero, pero insuficiente para preguntarme si necesitaba algo y creo que estuvieron a punto de arrojarme una manta encima, no para arroparme, si no para que no desentonara con el diseño italiano del lobby.

Cuando comencé a sentirme como ejemplar del zoológico frente a tanta mirada curiosa, abandoné el sofá y me animé a caminar un poco por las cercanías de la plaza San Pedro, por si se me pegaba algo de santidad y de paso se me quitaban los males. Caminé sin sentido por varias cuadras hasta que me vino un ataque de tos y logré depositar mi humanidad en una mampara de un negocio dónde vendían santitos en miniatura, rosarios y aves María de souvenir, justo en la esquina dónde se encuentra el espíritu santo con el hijo del jefe.
Ahí me senté y comencé a llorar, triste sola y literalmente abandonada. Quería estar en mi casa, que me cuidaran, pero estaba tan lejos. Lloré con ganas, y pasaban religiosos y religiosas de las más variadas ramas del catolicismo, que con su caridad cristiana y en todas las lenguas me preguntaban que me pasaba. Cómo les explicaba que me sentía olvidada por todos, enferma y que quería estar en el fin del mundo, en mi cama con alguien que me hiciera algún arrumaco y que me diera un vaso de agua. Eran demasiado profundas mis añoranzas para explicarle a alguien en cualquier idioma, así que ante tanta pregunta solo respondía algo universalmente reconocible: “FARINGITIS” mientras cual niña de 5 años indicaba con el dedo y mostraba mi garganta. Luego monjas y curas me palmoteaban el lomo como a un quiltro y se iban. Ni un puto cura fue capaz de comprarme una botella de agua, ni pasarme un pañuelo para limpiarme los mocos.

13.9.06

ALIENS EN MI

Tengo aliens, criters y gremlis en mi garganta, todos juntos y en fiesta pasaron una lija por mi lengüita y su contorno y me hacen toser. Llevo días asi como pudriéndome de a poquito y como el asunto no evolucionaba mi favor y si al de los aliens fui al médico. El lunes me atendió en una consulta de barrio, un viejo de acento latino no identificable. Como tengo Fonasa y realicé un co-pago de 3.500 pesos, me revisó en 3 minutos, no leyó mi ficha, no me dio diagnóstico, garabateo amoxixilina, y me mandó a tomar una radiografía de la que dudó algunos segundos en identificar. Se despidió diciendo que de esto no me preocupara que no me iba a morir y solo le faltó darme una vulgar patada en el poto y arrojarme para afuera de su microconsulta.
Me fui enojada con mis aliens y sin dar fe de sus conocimientos, pero entregada a la ciencia, fui a tomarme la radiografía donde un chico cubano. Al extenderme en la camilla le dije “esta pose es mejor al sol y con arena” y completó la frase con “en varadero y con un daiquiri”, “mojito, por favor”, respondí.

El chicoco me dijo que no entendía por que el doc me había pedido tan extraña imagen si lo que yo necesitaba era otra para ver si tenia sinusitis, de pura buena onda me tomó otra bajo su propia inspiración. Tenía que esperar hasta que un facultativo viera mi foto de rayos.

Seguí toda la noche trabajando con mis criters los que comenzaron a ponerse blancos y parecían tener vida propia. La metamorfosis me asustó y pensé que debía inyectarme algo pronto antes de que las criaturas se apoderaran de mi. Mala idea...

Fui a la posta 3, mi presupuesto y mi perfil de c3 con aspiraciones, no me daban para cruzar desde mi oficina hasta la clínica Santa María y pensé que algún servicio de urgencias podía apiadarse de mi y pinchar la parte mas abultada de mi anatomía para vencer a los aliens.

Había poca gente y pensé que había sido afortunada, espere una hora y me llamaron. Entre al box y me atendió un doctor deslavado, joven, con cara de catástrofe mundial que me preguntó de mala manera “¿que le pasa?” y eso le dio pie para sermonearme por que yo no era urgente, que tenía que venir con un balazo, con los intestinos colgando al estilo de Santiago Nasar o desangrándome con el corazón en la mano. No me dejó decir nada, solo alcance a argumentar que eso lo sabía pero no tenía donde más ir y que me sentía mal, y que tenía a mi prima que le había pasado lo mismo y dos días después había fallecido. Dijo que no le importaba mientras me ahogaba con un palo con los que miraba mis gremlis. ¿Cómo una persona que dedica su vacación al cuidado de la gente puede ser tan indolente? Fuera de que una está enferma y se siente como gato atropellado, me retan por no estar moribunda, o sea, si fui al doc es por que no quiero llegar en estado límbico para que alguien me medique.

En fin me fui con más rabia y maldiciones, con un antinflamatorio, con mi tos y mis criaturas albas floreciendo.

Ahora estoy a la espera de que una tercera opinión esta vez una doctora, me de los benditos antibióticos que necesito mientras me siento mal por todos los rincones.

6.9.06

ENCANTAMIENTO


Quiero que las olas se lleven todas las sombras, que la sal limpie con ardor para despertar los sueños dormidos, que el viento inunde los rincones, que el sol se quede en la piel, que todos los pájaros vuelvan a anidar en las ramas más altas, que esto sea un encantamiento para que vengan nuevas melodías y otros ojos habiten frente a mi.