ESTÍO

Extraño el sol que nos abandona, las tardes son cortas y las noches largas, más largas de lo que quisiera.
Que deliciosa son las tardes noches de verano cuando el sol aventura su luz hasta las nueve de la noche y extiende su calor con una brisa tibia creando el ambiente propicio para sentarse por ahí para ver pasar las horas mientras conversamos de la vida.
En la boca queda el sabor de las sandías jugosas y el dulzor de los melones maduros. La arena quemante en la piel dormirá hasta que la sal y la espuma vuelvan a besar los pies.